martes, 7 de enero de 2014
HAGAN FILA, SEÑORES
Un inesperado contratiempo ha complicado la navegación en el Atlántico Sur: el embotellamiento causado por los miles de cruceros que esperan para entrar a Punta del Este.
Una vez más, el famoso balneario ha sido elegido por millones de turistas extranjeros para pasar sus vacaciones. Los precios módicos de alojamiento y comida, sumados a los catorce meses anuales de sol, son factores decisivos para los visitantes.
El único problema que podría presentarse es que los propios uruguayos, ahora que su poder adquisitivo ha aumentado en forma astronómica, sean quienes copen la oferta inmobiliaria y hotelera del lugar.
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