"La flecha va para este lado", dijo el jefe de una cuadrilla. Pero enseguida fue contradecido por el responsable del otro grupo de trabajadores. "No, señor. La calle quedará flechada en el otro sentido".
De allí en adelante, fue inútil todo intento de razonar. Los gritos dieron paso a los golpes de puño y luego ambas cuadrillas comenzaron a aporrearse con sus herramientas y útiles de trabajo.
Sólo la llegada de varios patrulleros impidió una masacre.
Finalmente, se saldó el caso con veinte detenidos y un paro de municipales por tiempo indeterminado.
"Reclamamos un 45 por ciento de aumento salarial, para compensar el estrés que nos causan estas situaciones", declararon las autoridades del gremio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su mensaje después de la señal... ¡beeeep!