viernes, 27 de junio de 2014

CELEBRACIÓN DE BODAS DE PLATA ACABA EN TIROTEO



El esposo cometió un error imperdonable: no se acordaba de qué caravanas usaba ella el día que se conocieron, veintiocho años atrás.
"Pero bien que debés fijarte en las caravanas de tu secretaria, pedazo de hijo de puta", exclamó la señora, tomando simultáneamente su Magnum 357 de la mesa de luz.

El marido, al tiempo que corría hacia la puerta, ensayó una última jugada: "Azules, tus caravanas eran azules, es como si las estuviera viendo", gritó sin mirar atrás. Pero una bala le rozaba ya la oreja, marcando sin dudas que se había equivocado.

"Cretino, infeliz, ya mi madre me decía que no me casara contigo", bramó la dama. "¡Por lo menos te acordarás del color de mi vestido!", gritó mientras apuntaba de nuevo.
Pero esta vez, el hombre no dijo ni mu. Siguió corriendo calle abajo, tan rápido como le dieron las piernas.

Aún se lo busca.

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