¡Cuántas travesuras se hacen en Punta del Este! Y a veces la prensa quiere hacer un mundo de lo que en realidad es una simple anécdota.
Pongamos por caso lo que sucedió hace unos días: un jovenzuelo disfrazado de senador le quiso comprar un chupa-chupa a un mozalbete disfrazado de policía. ¡Hay que ver el revuelo que se armó por ese minúsculo gesto inocente de camaradería!
Quiera Dios que todos nuestros jóvenes sean tan amables y desinteresados con el prójimo, a la vez que respetuosos de la autoridad y las buenas costumbres.
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