martes, 25 de febrero de 2014

NO MURIÓ, SE FUE



Circulan versiones que afirman que el último ejemplar de león del zoológico capitalino habría muerto.
Sin embargo, estamos en condiciones de afirmar que esto no es exacto: el felino se habría retirado del zoo por su propia voluntad.

Efectivamente, harto de las paupérrimas condiciones de su jaula y de la mala alimentación que se le brindaba, la leona se habría puesto en contacto con varias ONGs  que luchan contra el maltrato animal.
Tras un copioso intercambio de mails, donde no habrían faltado fotos de su encierro y su comida tomadas por el felino con su celular, se habría iniciado una acción legal que culminó el mes pasado.

Varios abogados y miembros de las ONGs se hicieron presentes en el zoo y procedieron a acompañar a la leona, que se retiró del lugar al amparo de una resolución judicial.
Munido de sus escasas pertenencias, el simpático felino se habría dirigido a una casa de retiro, no sin antes comprar treinta costillas en una carnicería cercana.

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