Se pensaba que la Corte Suprema demoraría largo tiempo en expedirse sobre la consulta, pero en apenas unas horas ya estaba pronto el dictamen: "Los bancos tienen pleno derecho a reírse de sus clientes".
Los jueces fueron claros en sus fundamentos. "Fíjese que los bancos pagan tasas negativas, cobran comisiones a manos llenas, atraen incautos ofreciéndoles préstamos, engañan tontos con descuentos por usar sus tarjetas y, encima, se ponen como angelitos en la propaganda", explicó el presidente de la Corte.
"Si después de todo eso, no les permitimos reírse a mandíbula batiente, seríamos muy injustos", finalizó el alto magistrado.
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