La Cámara del Libro se reunió con la Asociación Editorial y decidieron en forma unánime no vender más libros que no vengan en formato trilogía.
"Además, las obras permitidas deberán contener, o bien elementos absurdos de mitología mal entendida, o sino referencias eróticas para pacatos que nunca mojaron el bizcocho", declaró un vocero.
"Y la valoración máxima se la llevará toda trilogía que venga pronta para adaptar al cine, con personajes factibles de ser interpretados por pendejos sin camisa y minitas que histeriquean".
Tras adoptar semejante determinación, los libreros y las editoriales anunciaron una donación de clásicos mal encuadernados al liceo de Cañada Poroto Negro.
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