Operarios que trabajaban buscando una rotura en una cañería de agua, se vieron sorprendidos por un geyser de espeso líquido oscuro que brotó de la nada en la esquina de Paysandú y Avenida del Libertador.
Ni cortos ni perezosos, corrieron hasta el edificio de ANCAP, donde ninguno de los 725 contadores y economistas del organismo pudo, lamentablemente, dilucidar el fenómeno. Recién a las dos horas fue ubicado el único ingeniero en hidrocarburos de dicha administración, quien cumple amables funciones como "ascensorista IV, escalafón de servicios".
El simpático profesional corroboró que se trata de petróleo y, a estar por los primeros pronósticos, en cantidades más que generosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su mensaje después de la señal... ¡beeeep!