Tal como estaba previsto, se realizó otra entrega de armas por parte de ETA. La organización, fiel a sus prácticas, solicitó la presencia de 43 periodistas, 57 abogados y 92 veedores de países no alineados, a fin de garantizar y supervisar el acto.
A la hora prevista, se hicieron presentes tres hombres encapuchados que, tras soltar algunas parrafadas de Marx, Althusser y Miliki que llevaban anotadas en un "trencito", procedieron a entregar una pistola de agua (descargada del agua que contenía) y un juego completo de letras recortadas, de las que habitualmente se emplean en la confección de amenazas.
Solicitaron a cambio 10 toneladas de gelinita y 20 ametralladoras calibre 50, en el entendido de que el desarme debe ser recíproco, como todo pacto entre caballeros.
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